
La obra de Pierre Bayard, que por su título –Cómo hablar de los libros que no se han leído- podría parecerse al manual del buen librero en época navideña, podría tener un duro competidor si el que firma esta entrada se propusiese escribir otro sobre Cómo hablar de los libros que se han abandonado. Y confieso en este punto que no sabría hasta las galeradas si colocar en el título definitivo … que nos han abandonado. Porque es bien fácil abandonar un libro. Devolverlo a su lugar a la estantería, o incluso relegarlo a otro peor –más abajo-, sólo porque no nos han dado lo que nosotros esperábamos de él. Siendo altivos con este libro que abandonamos, nos olvidamos muchas veces de los encuentros casuales que se producen a mitad de una página, de las ideas que sobrevienen en un párrafo y que nunca hubiéramos esperado toparnos. Es por esto por lo que nunca he abandonado un libro a medias. El empeño siempre me ha perseguido, unas veces por cabezonería –“algo encontraré”- y otras por simple y banal orgullo –“este tío barra tía no va a poder conmigo”. [Seguir leyendo]
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