Viajando en grupo, de Henry Green

Resulta triste y decepcionante toparse con un libro que termina por agotar física y mentalmente. Cuando a las pocas páginas –no más de 10- el lector ha de regresar al comienzo porque los –aún- pocos acontecimientos a los que ha sido invitado se le han escapado y es incapaz de hacerse un mapa mental de la situación pueden ocurrir un par de cosas. Que el autor sea un genio y por tanto requiera de la confianza de un lector entregado. O que sinceramente estemos ante los peores 18€ invertidos de toda la vida.

La obra de Pierre Bayard, que por su título –Cómo hablar de los libros que no se han leído- podría parecerse al manual del buen librero en época navideña, podría tener un duro competidor si el que firma esta entrada se propusiese escribir otro sobre Cómo hablar de los libros que se han abandonado. Y confieso en este punto que no sabría hasta las galeradas si colocar en el título definitivo … que nos han abandonado. Porque es bien fácil abandonar un libro. Devolverlo a su lugar a la estantería, o incluso relegarlo a otro peor –más abajo-, sólo porque no nos han dado lo que nosotros esperábamos de él. Siendo altivos con este libro que abandonamos, nos olvidamos muchas veces de los encuentros casuales que se producen a mitad de una página, de las ideas que sobrevienen en un párrafo y que nunca hubiéramos esperado toparnos. Es por esto por lo que nunca he abandonado un libro a medias. El empeño siempre me ha perseguido, unas veces por cabezonería –“algo encontraré”- y otras por simple y banal orgullo –“este tío barra tía no va a poder conmigo”. [Seguir leyendo]

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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