Un asesinato es, por tanto, un buen motivo para una novela. Sobre él giran tantas y tantas cuestiones que posibilita casi cualquier reflexión y mensaje. Grandes autores de la literatura occidental dejaron una huella imborrable con novelas negras. Los asesinatos y terribles crímenes fueron la excusa para la crítica social y moral de su tiempo. Raymond Chandler, con su detective duro y malhablado, G. K. Chesterton, son sus personajes al margen de la sociedad victoriana, Edgar Allan Poe, con sus relatos llenos de misterio. Nombres que todo el mundo conoce o debería conocer pues, en su ámbito, nos llenaron los cerebelos de balas traicioneras, jeroglíficos imposibles de resolver y deducciones lógicas que jamás parecerían racionales a ojos del sheriff del condado. [Leer completo]
Lo negro está de moda. No, no nos referimos a la victoria de Obama –que está por ver que vaya a hacer algo- sino a la novela policíaca. La novela negra. Una muerte es un hecho sobre el que puede girar la mejor y la peor de las historias. Da la posibilidad al autor de reflexionar sobre la vida de sus personajes, sobre las diferentes maneras de vivir y sobre el hecho mismo de la muerte. Un espejo frágil que separa ambos estados facilita la reflexión. Sin embargo, el hecho mismo de quitar la vida a alguien, de eliminar con un solo y terrible acto todas las esperanzas, ilusiones, planes y problemas de una persona, eliminar los planes de tantas y tantas personas para con esa víctima, permite reflexionar también sobre la capacidad del ser humano para crear y destruir el mundo en el que vive.
Comentarios
Y feliz año!!
Besos y feliz año, guapa.
Invitamos a conocer nuestra revista de cine y literatura.
Un saludo.
Tienes un interesante blog.
Esperamos verte muchas veces por aquí.
Un saludo.
Un abrazo.