Las Benévolas, de Jonathan Littell

Hay montañas inalcanzables. Hay sueños que pervierten la tranquilidad del montañero retándolo a salir a la mañana siguiente. Hay mares de hielo que retan al hombre –y a la mujer- con ser surcados a pié. Hay Quintas Avenidas esperando a los héroes del descubrimiento de nuevos mundos. Y luego, para los que no son escaladores, está En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. Se desprende de esto que hay una gran dosis de reto, esfuerzo y tenacidad en acabar la profusa obra del autor francés. Existe, en toda lectura de grandes –por su tamaño- obras, un componente de logro que hace que aquél que las termine sienta en su foro interno que ha conseguido un gran éxito vital. La mayoría de las veces, al reto en sí de la obra hay que sumar la distancia temporal que nos separa entre el momento en que se escribió la obra maestra y el momento en que se está leyendo. No cabe duda de que atreverse con la lectura de La Regenta, ahora que sus valores sociales quizás hayan cambiado, no es lo mismo que atreverse con Tu rostro mañana.

Pero hay obras que sus características le confieren un plus de peligrosidad. Son grandes, tremendamente grandes. Son actuales, de rabiosa actualidad que dirían nuestros periodistas de hoy. Pero también son un poco aburridas. Dentro de este grupo podemos encontrar Los pilares de la Tierra, de Ken Follet –y su continuación, me temo-; cualquiera de Vázquez-Figueroa; El señor de los anillos, de Tolkien –sí, los tres tomos; y –lo siento por Ottinger que aún no la ha acabado- Las Benévolas, de Johnatan Littell. [leer completo]

Comentarios

Aloia ha dicho que…
Vaya, vaya, ha sido ver el título de tu post y empezar a temblar....lo siento, no he podido con Littell y su "Benévolas"..acabado está, pero ha podido conmigo. Los pasajes y las cosas buenas, que las tiene, en mi caso han quedado totalmente dilapidadas por el esto..una pena!
Besos
aloia, me temo que eso nos ha ocurrido a todos. Además, me ha pasado algo curioso. Y es que me ha jodido por casi entero un libro que comencé casi de seguido -afortunadamente no el siguiente, que me regaló una buena amiga-. Es lo que tienen los libros que te torturan como este de Littell, que son capaces de destrozar hasta a un nobel como Coetzee.
eva ha dicho que…
Hum! Y qué tal Coetzee? Era Disgrace?
Pues no, era Esperando a los bárbaros. Me hubiera gustado comentarlo en El Señor Kurtz, pero como decía Littell consiguió jodérmelo del todo. Estaba pensando en meterme con Vida y época de Michael K o Desgracia. ¿Alguna recomendación?
eva ha dicho que…
Bueno, Desgracia me gustó. Me interesa tu opinión. Ya me dirás qué.
Anónimo ha dicho que…
Muy bueno.
Anónimo ha dicho que…
http://s3r3nd1p14.blogspot.com/
i, ¿"Muy bueno"? ¿El libro, el post? No es lo mismo ni es igual.

Un saludo.