Qué eterna pregunta ésta, la que ya se hacían los ciudadanos atenienses. "Agua pasada no mueve molino", "Todo fluye, nada permanece". La Historia es lineal, que dirían los cristianos. Si hablamos de una mala historia -pongamos por caso una chica que ya te ha dado calabazas- pensamos que no puede volver a repetirse -de ahí que, animados por lo etílico de la noche, volvamos a intentarlo como si ella al vernos caminar torpemente y balbucear alguna frase incoherente, hubiera cambiado de opinión. Y si hablamos de una buena historia -ella dijo sí la primera vez- pensamos que puede volver a repetirse, ¡por supuesto! -aunque quizá para ella la historia no fuera tan buena.
Pero yo no creo que la Historia sea lineal. Es cíclica ¡vive dios! O más bien es un círculo vicioso en el que no cabe esperanza de resurrección. Me explico. Hace unas escasas horas la Historia ha vuelto a reírse de nosotros, los miembros del Estado Español, y lo ha hecho como más cruelmente duele: con el fútbol y con un Mundial de por medio. No podía haberlo hecho con una Eurocopa, que nos la trae al pairo a no ser que estemos a punto de ganarla. Tampoco con el Mundial de Baloncesto, o el de Judo o el de Petanca, no. Ha de ser con el fútbol porque es éste y no otro el deporte en el que más duele. Podemos ser campeones mundiales de hockey hierba, ser una potencia en baloncesto, ganar siempre al balonmano e incluso arrasar en fútbol-sala. Pero es el deporte de los 11 contra 11 detrás de una pelotita en el que fracasamos constantemente dejando en evidencia las carencias de este país en el nuevo frente de guerra que se abre cada cuatro años.
Por que, no nos engañemos, es un Mundial donde hoy día la Naciones, esas que no entienden de resultados económicos, del cómputo del I+D, del Índice de Desarrollo Humano o del precio del pan, se retan las unas a las otras y es allí donde la supremacía permanece. Noruega puede ser el país donde mejor se vive de Europa pero, como se quedó sin Mundial, se joden y mantienen su imagen de fracasaos -aunque pongan esa cara como que de verdad no les importa, con su Estado de Bienestar y tal. Fue en un Mundial donde Argentina ganó la Guerra de las Malvinas -¡argentinas!-, donde Alemania logró crear un sentimiento de unificación tras la caída del muro, donde Senegal se cobró los años de colonización cuando ganó a los campeones franceses en el partido inaugural. Fue por un partido para el Mundial, por lo que El Salvador y Honduras iniciaron la que luego se dio en llamar "La Guerra del Fútbol".
Y ahora, otra vez nosotros perdemos. Y otra vez contra Francia, enemigo histórico al que sólo hemos logrado ganar en la Guerra de la Independencia -por más que alguno lo niegue. No hay enemigo ante el que duela más caer rendido. Bueno, quizá Italia.
Ayer 27 de Junio de 2006, 22 años exactos desde que la España del 12-1 a Malta perdiera la final del Europeo frente a Francia, volvimos a caer ante nuestros vecinos del norte dejando sólo al Cura Jerónimo Merino en su defensa de Madrid. ¿Y qué hago yo ahora con mi tele de plasma? ¿Y para qué quiero La Sexta? Menos mal que en el fútbol la revancha se da cada cuatro años.
Bienvenidos al Día de la Marmota.
Pero yo no creo que la Historia sea lineal. Es cíclica ¡vive dios! O más bien es un círculo vicioso en el que no cabe esperanza de resurrección. Me explico. Hace unas escasas horas la Historia ha vuelto a reírse de nosotros, los miembros del Estado Español, y lo ha hecho como más cruelmente duele: con el fútbol y con un Mundial de por medio. No podía haberlo hecho con una Eurocopa, que nos la trae al pairo a no ser que estemos a punto de ganarla. Tampoco con el Mundial de Baloncesto, o el de Judo o el de Petanca, no. Ha de ser con el fútbol porque es éste y no otro el deporte en el que más duele. Podemos ser campeones mundiales de hockey hierba, ser una potencia en baloncesto, ganar siempre al balonmano e incluso arrasar en fútbol-sala. Pero es el deporte de los 11 contra 11 detrás de una pelotita en el que fracasamos constantemente dejando en evidencia las carencias de este país en el nuevo frente de guerra que se abre cada cuatro años.
Por que, no nos engañemos, es un Mundial donde hoy día la Naciones, esas que no entienden de resultados económicos, del cómputo del I+D, del Índice de Desarrollo Humano o del precio del pan, se retan las unas a las otras y es allí donde la supremacía permanece. Noruega puede ser el país donde mejor se vive de Europa pero, como se quedó sin Mundial, se joden y mantienen su imagen de fracasaos -aunque pongan esa cara como que de verdad no les importa, con su Estado de Bienestar y tal. Fue en un Mundial donde Argentina ganó la Guerra de las Malvinas -¡argentinas!-, donde Alemania logró crear un sentimiento de unificación tras la caída del muro, donde Senegal se cobró los años de colonización cuando ganó a los campeones franceses en el partido inaugural. Fue por un partido para el Mundial, por lo que El Salvador y Honduras iniciaron la que luego se dio en llamar "La Guerra del Fútbol".
Y ahora, otra vez nosotros perdemos. Y otra vez contra Francia, enemigo histórico al que sólo hemos logrado ganar en la Guerra de la Independencia -por más que alguno lo niegue. No hay enemigo ante el que duela más caer rendido. Bueno, quizá Italia.
Ayer 27 de Junio de 2006, 22 años exactos desde que la España del 12-1 a Malta perdiera la final del Europeo frente a Francia, volvimos a caer ante nuestros vecinos del norte dejando sólo al Cura Jerónimo Merino en su defensa de Madrid. ¿Y qué hago yo ahora con mi tele de plasma? ¿Y para qué quiero La Sexta? Menos mal que en el fútbol la revancha se da cada cuatro años.
Bienvenidos al Día de la Marmota.
Comentarios
Por otro lado, y en cuanto al día de la marmota... más le hubiera valido a nuestro querido seleccionador haberse concentrado en Baden-Baden (famosa localidad por sus baños y su lujoso casino) y así no habría perdido el tiempo. Comparto tu opinión sobre que somos la leche en otros deportes a los cuales no le damos la menor importancia, pero claro... como decía Bujadín Boskov: Fútbol es fútbol (y a tí te encontré en la calle)
Muchos saludos y a esperar la venganza final contra Francia
Viva Manuela Malasaña!!!
Por cierto, lo de "Estado Español" fue puesto a propósito para soliviantar a aquellos que sienten recelos de esa expresión y provocar un estímulo (no necesariamente positivo) entre aquellos que están habituados a utilizarla. Ya saben, el arte por el arte y la experimentación sensorial. Me alegro de que funcionase.
Salud.
Y que no sea Del Bosque.